Y el rosal dejó de dar rosas rojas
Propios y extraños no dan crédito a sus ojos. Aquel rosal grande y frondoso alegría del jardín, que en un tiempo prometía llenar el jardín de buena simiente capaz de germinar y llenarlo todo de hermosas rosas rojas, se hizo tan grande que llenó parte del jardín, pero hace tiempo que no da rosas rojas como antaño.
Esa flor política roja, señal y promesa de la izquierda socialista, esa idea de deseo emancipador se extinguió. Las cosas del querer se confundieron con las cosas del poder y éste parasitó el rosal, que al ser privado de la savia de sus ideas, dejó de dar bellas flores.
8 maig 2010 | Categories:
Opinió